Las duras observaciones de Trabajo al proyecto que rebaja la jornada laboral
Ministro Monckeberg asegura que están a favor de la rebaja “pero que se haga bien”, y recalca que los países pioneros de la OCDE lo han hecho de la mano con mayor flexibilidad.
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Un duro diagnóstico tiene el Gobierno del proyecto presentado por la diputada Camila Vallejo (PC), que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales. La propuesta, aprobada en general por la comisión de Trabajo de la Cámara, es mirada con ojos críticos por parte de la cartera que lidera Nicolás Monckeberg, quien si bien aclara que está a favor de la reducción de la jornada laboral, recalca que la moción tiene falencias.
Según una minuta interna de la cartera, la propuesta de Vallejo cuenta con “contradicciones, errores e incertidumbres” que podrían afectar de “forma negativa” al mercado laboral.
El documento sostiene que la moción propone “una reducción progresiva de la jornada hasta las 40 horas”, pero el articulado del proyecto no propone ninguna gradualidad ni progresividad.
La propuesta de Vallejo señala que “el tiempo de colación se considerará parte integrante de la jornada de trabajo”. Pese a eso, la minuta del Gobierno sostiene que el articulado “omite completamente este cambio anunciado y no modifica el artículo 34, que dice lo contrario”.
“El proyecto del Partido Comunista es un proyecto lleno de contradicciones y omisiones graves. Así, perjudica a los trabajadores y sus remuneraciones”, sostuvo Monckeberg. Desde la cartera, también cuestionaron que el proyecto no incluye modificaciones a la jornada parcial. O sea, aquella no superior a 2/3 de la jornada ordinaria.
Según Monckeberg, la moción tampoco aborda el posible impacto en la determinación del ingreso mínimo mensual.
“El proyecto no se hace cargo del impacto en las jornadas autorizadas, las que se otorgan y estructuran sobre la base de una cantidad de horas promedio del ciclo que no puede ser superior a 45 horas, cuestión que define por ejemplo los turnos 7x7. Si se rebajara la jornada, los turnos de descanso deberían aumentar para llegar a 40 horas (7X8), para lo que se requería aumentar dotaciones o bien rebajar la jornada diaria de 12 horas, lo que obligaría a contratar un 4° turno”, es otra de las problemáticas que detectó el informe.
“Estamos a favor de la reducción de la jornada laboral, pero que se haga bien, de manera integral”, recalcó Monckeberg. En esa línea, aseguró que el proyecto de adaptabiidad laboral del Ejecutivo sí contiene una reducción de las horas trabajadas, lo cual se evidencia en la posibilidad de que las partes puedan pactar jornadas mensuales de 180 horas, lo que en la práctica se traduciría en jornadas semanales de 41 horas.
Productividad
“Los países de la OCDE que han reducido la jornada laboral, lo han hecho de la mano de mayor flexibilidad, porque eso es lo que garantiza que la productividad se mantenga”, asegura el secretario de Estado.
Según datos de la OCDE, la productividad de Chile por hora trabajada es de las más bajas, alcanzando US$ 27,7 por hora promedio, muy por debajo de Canadá, Suecia, Holanda, Dinamarca, superan los US$ 50 por hora.
“Esos países tenían una muy buena productividad, es eso primero y luego bajar la jornada”, dice el ministro. Para graficarlo, Monckeberg, al igual que Vallejo, ejemplifica a Holanda. “Ellos tienen una jornada de máximo de 12 horas diarias, que pueden ser de 60 horas a la semana y 48 horas semanales promedio en un periodo de 16 semanas, y en ningún caso se puede exceder de 55 horas promedio en un periodo de 4 semanas. Eso funciona así porque tienen flexibilidad”.